lunes, 24 de marzo de 2008

Capítulo 2



-Numquam est fidelis cum potente societas-
(La alianza con un poderoso nunca es de fiar)




Mirar durante más tiempo la infinita cantidad de estrellas que existen sería una locura. Olvídalo; olvida todo lo que hasta ahora has aprendido e intenta concentrarte únicamente en aquello que todavía no conoces. Expándete y gira sobre ti mismo; Intenta reconocer todo aquello que en realidad olvidaste que has perdido hace ya miles de años. Ahora no es como antes; nada es igual, y es posible incluso que tu largo período de autoexclusión te haya perjudicado mucho más de lo que imaginas. De nuevo debes adaptarte, ahora más que nunca tal vez, pues las posibilidades de las que ahora dispones para llegar a ser el único de tu estirpe son más pequeñas y peligrosas que nunca. En toda tu vida no has podido prácticamente mantener una amistad externa siquiera. Dime, camarada, ¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Qué será de tu mísera existencia? Todo el potencial del que dispones de nada te servirá en esta ocasión. Has hecho mal en despertarte y estás condenado al olvido; serás presa de los recuerdos de antiguos años y eso provocará tu perdición; una tras una irás perdiendo las pocas nociones que todavía mantienes en tu interior: la moral, la amistad, el amor. Estos serán los primeros bastiones de tu salud mental que se verán sitiados y por fin vencidos.
Lucharás, no lo ponemos en duda, pero de nada te servirá. Desearás no haber surgido de la nada para otra vez volver a ella.
Nuestro amigo; nuestro muy amado y respetado Odded; cura tu alma. Busca la única salida. ¿Qué cual es? Aquí nadie es consejero de nadie pues ningún ser nace con tal potestad. Debes enfrentarte tu solo a todo aquello que pueda dañarte, pues aunque ayudarte quisiéramos nada cambiaría. Odded... al menos mantén la cordura algo más de lo que nosotros, los que no estamos, hemos podido mantener. Y ahora sal de tu letargo y déjanos descansar en paz. Las fuerzas nos faltan cada vez más.


-¡NO!... - La burbujeante voz que de Odded surgió nadie pudo escucharla. Lo siguiente que su cuerpo hizo fue abrir los ojos a la vez que su rostro mostraba una terrible expresión de punzante dolor; el irritante líquido del tanque de contención en el que se encontraba sumergido estaba introducido por completo en sus pulmones y apenas le permitía concentrarse y mantener la calma. Lo primero que tenía que hacer era pulsar el interruptor situado a su espalda, concentrarse un poco y esperar la extracción del tan odiado elemento por los canales succionadores, los cuales, gracias al cielo, también se desharían de los vómitos. La compuerta del pequeño tanque por fin se abrió y Odded pudo, a duras penas, salir por su propio pie en dirección al camastro que también odiaba.
-Dioses... no soporto esto... juro no volver a entrar en uno de estos aparatos. ¡Central!
-¿Si, Odded? - El cubículo que le habían proporcionado incluía un programa habitualmente denominado Central que (al parecer y siempre según creía haber entendido) se encargaba de casi todo lo que una persona no podía (o no quería) realizar. Este programa en concreto incluía cientoveinte tipos de voz (que Odded supiese), y a fuerza de intentar aprender algo sobre el funcionamiento del “esclavo” que le habían asignado, los cambios aleatorios que sus torpes conocimientos en la materia habían introducido en el sistema habían tenido a bien en configurar para la expresión de Central una voz de niña orgullosa y algo engreída.
-Por favor, pon música ¿me harás ese pequeño favor? Algo tranquilo, me da vueltas la cabeza...
-Claro que sí Odded. Pero no te recomiendo ningún tipo de sonido que se aleje de los cánones impuestos por la Confederación en los quince minutos posteriores a la salida de los tanques de compensación neuronal. Podría perjudicar tu sistema auditivo. ¿Deseas aun así que ponga música?
-Por favor Cielo, haz lo que te pido. - Lo cierto es que a Odded, tumbado sobre el camastro de metal maleable, le costaba incluso escuchar la cítrica voz de Central. - Sólo... Sólo haz por una vez lo que te pido sin responder. Ni siquiera llevo aquí dos días…
-Por supuesto Odded. ¿Alguna predilección?
- Sorpréndeme.
-Buscando Datoenlaces...
-...
-Música seleccionada. Que disfrutes Odded.
Pero Odded ya estaba profundamente dormido. Y lo que no vio fue la representación holográfica de Central configurándose en una esquina del cubículo e inundando el espacio circundante con una ligera luz magenta. Habría sido extraño advertirse observado por una representación etérea de estética tan dulce, mostrando con su angelical rostro una curiosidad que en realidad no sentía, porque no le habían enseñado a hacerlo. "Odded; su primer amo. Su primer señor. Él debía enseñarle y ella podía aprender. Para eso la habían creado los Protectores; para eso la habían puesto allí. Ella quería aprender."

Tebas... Atenas... Roma… Toledo... Moscú... Osaka... ¿Ya lo has olvidado? No existen desde hace siglos. Como tú; No eres nada más que un eslabón descuidado; alguien no recordó borrarte tal cual tu insignificancia requería... Pero se puede arreglar. No tienes más que desear profundamente no haber existido nunca, y así, el poco recuerdo que de ti otros puedan poseer, desaparecerá por completo. Olvídate del dolor, del sufrimiento, de todas las penalidades vividas a lo largo de tu ya inservible, obsoleta, caduca, miserable, degradada, desvirtuada, desgraciada y viciada vida. Recorre el camino más fácil, el cam...
-Odded, visita. Despierta.
-...ino que te llevará...
-¡Odded! Despierta. Visita importante; la sección veintitrés de seguridad convencional del bloque urbanita está en la puerta.- La estridente voz de Central despertó casi por completo a Odded.
-¿Qué?... Cómo... – Agobiante Morfeo. - Abre la puerta. Que entren, Cielo. ¿Cuántos son?
-Sigues refiriéndote a mi con el mismo apelativo, y todavía no le encuentro el sentido; ayer me explicaste que…
-¿Cuántos son, Central?
-Unidad completa de seguridad, Odded.
-Vale… Vale, está bien, ¡Cuantos!
-Cinco.
-¿Y qué quieren Cielo?
-Ellos te lo dirán, Odded; ya he abierto.
En efecto: Cinco componentes de una sección de seguridad (¿La veintitrés había dicho Central?) aparecían en el umbral de la puerta de acceso al cubículo esperando tal vez a que Odded se levantase y se vistiese tal y como la Confederación mantenía en las ordenanzas civiles (había leído sobre eso en algún sitio).
Pero al menos ya sabía algo más. Sabía que una unidad de seguridad convencional (¿Habría otro tipo?) de bloque urbanita constaba de cinco componentes. ¿Tareas? Mientras se vestía hacía memoria (¿Dónde lo había leído?) e iba recordando: Hacer respetar las ordenanzas civiles, mantener el orden (en lugares en los que nunca se alteraba ni un ápice ninguna de las pautas de comportamiento), y (creía recordar Odded) asegurarse de que todo inquilino de los bloques mantenía actualizados los documentos de identificación.
Esa era otra historia; ¿Cómo mantenerlos actualizados cuando no sabes ni siquiera cómo se encienden los malditos aparatos?
-Caballeros, disculpen el retraso. Los tanques de compensación son más fuertes que yo. Adelante por favor - Odded estaba siendo lo más educado posible con unas personas que no conocía de nada, que lo habían levantado del camastro requiriendo su presencia inmediata y que ni siquiera se dignaban a dirigirle, por lo que parecía, la palabra. ¿Querían hablar con él o no? Pues que alguno de ellos abriese la puta boca de una jodida vez o acabaría perdiendo los nervios - ¿Qué desean?-Puso la mejor de sus sonrisas.
(Tiempo muerto)
(Tiempo muerto)
(¿Tiempo perdido?)
-... ¿Y bien? - Odded no podría aguantar mucho más. - ¿Querían algo?
Por fin uno de ellos, el más alto, abrió... ¿Boca? (a saber si tenía siquiera labios)... y a través del sombrío casco, en fin, habló.
-Odded Tyral, teeps grraw pakrrat thr´n´ars. Tyik-tyivas.
-...
A ver; ¿Qué demonios estaba vocalizando aquel imbécil enfundado en un traje que le recordaba peligrosamente alguna que otra fiesta del pasado? Odded Tyral; su nombre. Al menos era algo poder reconocer el sonido de tu nombre en boca de alguien con tantos problemas de pronunciación. Tenía que reaccionar.
-Central. – Reaccionó. - ¿Qué sucede? ¿Qué quieren?
-Quieren saber por qué tu periférico de comunicaciones se encuentra en desconexión continua, Odded. Será mejor que lo actives cuanto antes.
-¿Y para entenderme con ellos?
-El traductor universal es una opción del periférico, Odded. De todos modos tendrás que activarlo.
-¿Cómo? Ni siquiera sé donde está el maldito chisme.
-Al lado del tanque de compensación; en el suelo. Toca con suavidad la pantalla superior izquierda; recuerda, se activará tan solo con eso. El resto tendremos que repasarlo cuanto antes, por lo menos lo más fundamental Odded.
-De acuerdo, tranquila Cielo. Ya está. Esto aprieta un poco el brazo...
-Te aconsejo que aflojes las correas de sujeción y distribuyas correctamente la presión de los anclajes.
-¿Cómo?... ¡Lo veo! Ya está Cielo... Bien caballeros, - añadió - ¿Todo en orden ahora?
-Todo en orden. - Respondió el más alto - Que no vuelva a suceder. La próxima vez no nos limitaremos a avisarle.
-Lo siento, pero comprendan que sólo ha sido un descuido. No volverá a ocurrir.
-Una última cuestión. – Cuatro de los componentes del grupo estaban ya fuera del cubículo, pero el maldito jefecillo ni siquiera se había movido. - Escuche atentamente:
¿Qué antes no se había movido? Cierto; pero ahora sí se estaba moviendo, hacia Odded, y en actitud no muy amistosa, aunque no agresiva. Lo que salió del interior del casco azul oscuro que cada vez estaba más cerca del rostro de Odded fue sin duda la más extraña de las frases que el humano había escuchado en toda su vida:
-¡WeeoyelRahs wa Kaas urkkkkch Klagüiish!
Acto seguido, con esa parsimonia tan característica que quiere a todas luces indicar quién tiene el mando, se fue y desapareció junto con sus compañeros tras la puerta que Central estaba cerrando.
-... ¿Y bien?... ¿Qué se supone que ha dicho y porqué no lo ha traducido este cacharro?
-No es un cacharro Odded, y no lo ha traducido porque incluso hoy en día no es posible encontrar en la base de datos general de los comunicadores de uso civil la totalidad de los idiomas y dialectos conocidos.
-Tú... sabes lo que ha dicho ¿verdad?
-Aproximadamente; podría realizar una traducción algo más concreta con respecto a lo que he creido entender, si realmente te interesa, pero llevaría tiempo.
-No. No hace falta. ¿Más o menos ha dicho que...?
-Básicamente ha dicho que no le aportas confianza; que eres demasiado raro, diferente a los demás… y que te estará vigilando más habitualmente que al resto de inquilinos del bloque; me pareció entender que ante el menor problema que se de en las instalaciones, te considerará el principal sospechoso.
-¿Distinto a los demás?... Pero si por ahí fuera deambulan seres… o cosas… algunas de color verde… otras con seis brazos... o lo que sean. De todas formas... ¡Genial! Ni siquiera llevo el tiempo suficiente en este planeta como para conocer a alguien y ya tengo amigos.
-Amigos. El término no es correcto Odded.
-Olvídalo Cielo; otro día.
-Como quieras Odded. De todas formas propongo que aprendas algo más sobre el funcionamiento del periférico y sobre diversos temas relacionados con el contexto confederado y con este planeta en particular, además de sus ciudades, culturas y costumbres. Sería perjudicial para ti no conocer cierto tipo de cosas.
-De acuerdo Cielo, pero antes dame dos o tres horas para descansar un poco. Lo necesito urgentemente.
-Claro Odded. Permíteme una pregunta antes de tu descanso.
-Dispara.
-No entiendo Odded.
-Esto... dime.
-De acuerdo Odded. Mi pregunta es: ¿Por qué no conoces las cosas que hoy en día todo el mundo conoce?

2 comentarios:

  1. ¿Vas a intercalar las historias? El capítulo uno es demasiado corto como para darte tiempo a absorverlo y de repente este, que rompe por completo la continuidad.

    ResponderEliminar
  2. Aunque tardé un poco en meterme en situación, la verdad es que me gustó esa situación de confusión, me parece que se traslada bien al lector al estado mental del prota (en concreto me hizo mucha gracia cuando está esperando a que los 5 miembros esos del comité de orden le hablen y aparece entre paréntesis "(tiempo muerto)(tiempo muerto)(¿tiempo perdido?)".
    En cambio el primer capítulo logró menos que me implicara en la historia, quizás por ser un diálogo sin ninguna anotación que hable del estado de ánimo de Svarski, pero supongo que no es tu intención profundizar en ese personaje, al menos de momento.
    Pero sí, la verdad es que algo de curiosidad me ha entrado por ver dónde está Odded y en qué clase de sitio estará pa ser el más raro habiendo seres con cuatro brazos...Seguiría leyendo, si.

    ResponderEliminar