domingo, 13 de julio de 2008

Capítulo 18


-Asinus habeas, assem valeas-

(Ten un as y valdrás un as)


-…en todo momento. Suerte soldado. Fin de transmisión.


>22:19 – 12/09/3824. Monitor-Comunicador Nº89 / Zona L - Complejo habitacional Z - Pasillo 3L.

>...


Víctor Svarski se dejó caer sentado en el suelo, apoyando su dolorida espalda contra la lisa y fría pared. En este punto no podía hacer nada más que esperar. Ojalá el soldado lograse llegar hasta la zona del complejo habitacional, porque él solo apenas podría avanzar un par de metros si de nuevo se encontraba con una de aquellas criaturas.

No; nada de “apenas”; directamente no podría avanzar. Lo de antes había sido pura y simple suerte.

Con manos algo temblorosas (ya fuese por culpa de las heridas en su pecho, o producto del cansancio, o simplemente debido al miedo) el capitán comprobó el estado de su arma; le quedaba medio cargador así que, pensó, más le valía reservar una última descarga para sí mismo en caso de que no saliese todo como esperaba.


El primer encuentro directo que había tenido con aquellos seres fue estando todavía en el puente de mando, intentando organizar la situación. Todo había sucedido de manera atroz: Para empezar, la Matriz de la Spinder había detectado un carguero salido de la nada que se dirigía a toda velocidad hacia el Hangar 9/B. ¡Salido de la nada! Seguía sin explicarse cómo no había sido detectado antes, pero a la información facilitada por la Matiz sobrevino una intensísima explosión que los había dejado a todos estupefactos.

Lo primero que se ordenó fue sellar la zona afectada para evitar la descompresión de gran parte de la nave. Y listo. Todo parecía haber acabado tan rápido como había empezado: el sellado se llevó a cabo con la máxima presteza y los daños habían sido… leves, en cierto modo; apenas las bajas de cinco operarios de revisiones técnicas, algunas máquinas de reparaciones que casi nunca se utilizaban y parte del material de repuesto de la fragata, que se encontraban en un hangar prácticamente vacío desde hacía varios meses.

Pero no había acabado; en absoluto. No había hecho más que empezar.

Matriz activó los sistemas de alarma y defensa interna poco después de la comprobación de daños, e informó de la situación: doscientas nueve formas de vida desconocidas estaban sembrando el caos en las zonas circundantes al hangar recién sellado. Todo el personal de combate había sido avisado y se dirigía en grupos de formación desde todas las direcciones hacia la zona de conflicto; el equipo militar sería reunido al cien por cien en apenas setenta segundos.

Pero no fue así. Antes de que los soldados pudiesen organizarse aquellas criaturas estaban ya en zonas tan lejanas al lugar del impacto como el puente de mando. Allí fue donde las vio por primera vez, y también donde comprobó la salvaje capacidad de destrucción que poseían. Víctor había salvado su vida en aquel momento gracias a su segundo, Doridoi Valar, quien entre el caos había logrado sacar a varios altos mandos por una esclusa de las conductos secundarios de registro; dos minutos después salían a uno de los pasillos de la fragata.

Aquella parte de la nave también estaba sumida en un auténtico caos. La gente corría descontrolada…


Pero ahora que intentaba recordarlo sólo podía hacerse eco del penetrante y estridente sonido de la alarma, y de las palabras de Matriz notificando una situación de emergencia a toda la tripulación. Recordaba correr sin un lugar concreto al que dirigirse; encontrarse con pequeños grupos de soldados que intentaban reorganizarse y proteger al personal técnico y civil; ver desplomarse cuerpos sin vida completamente despedazados a su alrededor...

A estas alturas la misión de reconocimiento que tenía que realizar la fragata confederada Spinder era sólo un vago recuerdo, como parte de un muy lejano pasado, y sin embargo se convertiría en angustioso presente cuando el pilotaje automatizado de la fragata tomase tierra en la superficie del planeta y las criaturas campasen a sus anchas por toda su extensión.

Por otra parte, si el soldado lograba dar con él y conseguían llegar hasta el hangar operativo y libre de infección más cercano y escapaban, sería sólo para acabar aterrizando en el mismo planeta (no existiría más rango de desplazamiento en la pequeña nave aún disponiendo de cazas de largo recorrido), del que sólo sabían de su superficie potencialmente respirable y al menos una cosa más: que allí se volverían a encontrar (y esto lo tenía por seguro) con aquellos seres que habían aniquilado a toda su tripulación, una vez aterrizada la Spinder.

Pero ¿Y si aquel lugar estaba habitado por alguna raza o razas evolucionadas? Sería una masacre en toda regla, sin duda. La información ofrecida por la Confederación que presuponía el planeta como deshabitado bien podía ser errónea (no sería la primera vez), por lo que si la fragata llegaba a tomar tierra en aquel planeta supondría la completa aniquilación de todo ser vivo, y sería sólo culpa suya.

Nadie debería verse obligado a soportar el peso de la desaparición de toda una raza bajo su conciencia.

-Matriz.

-¿Si, Capitán Svarski?

-Dame un informe completo de la situación.

-Por supuesto, Capitán Svarski. Tiempo de llegada al destino prefijado: setenta y cuatro horas cuarenta y dos minutos doce segundos. Zonas ausentes de peligro: Hangar 13/B - Zonas de carga tres -cuatro - ocho - Cámara de entrenamiento holográfico - Complejo habitacional Z – Almacén general de armamento - Cámara médica. Representan un veinte por ciento del espacio total de la fragata. Formas de vida desconocidas a bordo: ciento setenta y seis. Negativo cualquier contacto con el exterior. Se reintentará el contacto cada un minuto cincuenta segundos. No se han comprobado signos de eficacia en el sistema experimental de defensa. Las tres unidades droides de la zona médica alcanzarán el complejo habitacional Z en treinta y dos minutos cuarenta segundos, treinta y tres minutos cincuenta y un segundos y treinta y siete minutos cuarenta segundos respectivamente. ¿Algo más, Capitán Svarski?

La noticia de que el sistema experimental de defensa no había funcionado en absoluto lo había llenado de estupor; estaba claro que podía esperase cualquier cosa, cualquier suceso por extravagante que este fuese dada la situación en la que se encontraba, pero… si había fallado el sistema de defensa, significaba que aquella raza era por completo inmune a la mas terrible de las plagas.


El desastre había germinado en un pequeño planeta fronterizo de la Corporación hacía no muchos años, pero la increíble rapidez de propagación unida a la huída desenfrenada de los habitantes y colonos de aquel lugar hacia otros planetas (tanto confederados como corporativistas) provocó lo que había sido conocido en un breve y ya olvidado momento de la historia como la “Cuasiextinción”. Afortunadamente, y casi tan rápido como había aparecido y se había extendido la enfermedad, surgió una milagrosa cura desarrollada por un equipo de científicos confederados cuya pronta respuesta supuso que todavía hoy continuasen con vida más de las cuatro quintas partes de la sociedad. Durante los pocos meses de pandemia las unidades mecánicas y cibernéticas se habían ocupado de todo lo necesario para evitar una tragedia aún mayor: cuidaron a los convalecientes intentando retrasar lo máximo posible lo que parecía ineludible, encargándose además de hacer llegar la cura a todos los rincones de la Confederación (infectados o no) convirtiéndose, en resumen, en los portadores del milagro.

La recuperación de los pacientes había sido verdaderamente asombrosa: los tejidos destruidos (incluso los que más tiempo llevaban expuestos a la infección) se regeneraban a una velocidad difícil de creer, mientras que las funciones motrices se restauraban por completo. A los dos… a lo sumo a los tres días, el más grave de los pacientes volvía a estar en perfecto estado.

Pero había sido un durísimo golpe a la paz y seguridad que la Confederación deseaba a toda costa instaurar, sobre todo tan poco tiempo después de la gran guerra. Había muerto demasiada gente como para que no se exigiesen respuestas y responsables.

Al poco comenzaron los rumores de enfrentamientos, pequeñas revueltas en los planetas más alejados del centro de la Confederación primero, y movimientos revolucionarios aparecidos en las más bajas capas de la sociedad después. La cuasiextinción había hecho brotar al fin el germen de la sedición, lo que llevó a los más altos cargos confederados a tomar finalmente una medida que les permitiría abordar el problema con garantías de éxito: Recurrieron a una nueva campaña de seguimiento y prevención de la plaga que haría que todos los ciudadanos confederados acudiesen por su propio pie a las salas médicas más cercanas.

La campaña promovida fue un rotundo acierto: absolutamente todos los habitantes de todos y cada uno de los planetas confederados fueron “vacunados” de nuevo para “preservar la correcta marcha y seguimiento de la cura” y de paso… para borrar todo recuerdo de lo más profundo de sus mentes que tuviese cualquier relación con la plaga. Los contadores de tiempo fueron retrasados y las centrales informáticas reprogramadas. La existencia de los que habían muerto durante la plaga fue borrada de toda memoria: nunca habían llegado a existir. Todo estaba perfectamente planeado y nada se dejó al azar; al final de la campaña sólo quedaron apenas un puñado de personas que todavía recordaban lo sucedido, y el Capitán Víctor Svarski era una de esas personas.


En la actualidad todos los ciudadanos confederados (e incluso los corporativistas, estaba seguro y convencido de ello pues no podía ser de otra forma) eran ya inmunes a dicha enfermedad aunque no lo supieran. Y todo ello gracias a los incesantes, geniales, milagrosos e incansables estudios de uno de los doctores más importantes de toda la galaxia. Pero el Doctor Richard Friedkin nunca obtuvo recompensa alguna por su enorme favor a la Confederación: después de la campaña de borrado de memoria no se supo nada más de él ni de su equipo; había vuelto a presentarse para desaparecer de nuevo; como años atrás.

-Matriz. – Llamó Victor con decisión; debía intentar alejar de una vez por todas los viejos fantasmas de su recuerdo, pues además estaba claro que recordar un pasado inexistente no mejoraría en modo alguno su actual situación. Lo que había sido encerrado una vez no podría volver mostrarse jamás.

-¿Si, Capitán Svarski?

-Concentra los droides disponibles de la fragata en el punto más alejado de la ruta que vaya a seguir el soldado, menos cinco droides de carga; esos déjalos en el hangar 13/B; que se ocupen… de despejar la pista de salida para uno de los cazas de largo recorrido ST2000. Los tres… los tres que has enviado desde las zonas médicas que sigan su camino.

-De acuerdo, Capitán Svarski.

-¿Que puedes decirme del informe que te pedí sobre las posibilidades de defensa de los droides en la sala holográfica?

-Sin lugar a dudas es el mejor lugar de la nave para que los droides planteen una defensa con garantías, Capitán. Sin contar con los tres droides de las zonas médicas que se acercan hasta su posición en estos momentos ni con los cinco que están ahora mismo despejando la pista de despegue del hangar 13/B, quedan operativas nueve unidades pertenecientes a las zonas Médica y Biotecnológica, cinco unidades de la zona del taller de reparaciones técnicas, tres unidades de los hangares y nueve de las zonas de carga y almacenamiento. Conforman un total de veintiséis droides. Sería perfectamente viable activar la sala holográfica y hacer que las unidades obvien cualquier tipo de información sensorial procedente de los hologramas, aunque es posible que no todos logren llegar a la estancia. Como poco usted logrará algo más de tiempo. ¿Desea aplicar a la situación alguna táctica en particular?

-Lo dejo a tu elección, Matriz. La… prioridad es que resistan el máximo tiempo posible.

-De acuerdo, Capitán.

-Otra cosa más, Matriz.

-¿Si, Capitán?

-En cuanto salgamos de esta nave… danos algo de tiempo y… activa la directriz número cuatro.

-...

-Por supuesto... Capitán.

-Mantén la conexión.

-...

-Preparación para movilización de droides en tarea de contención. Activación funcional de la sala holográfica. Preparación para la activación de la directriz número cuatro sobre la fragata de reconocimiento Spinder de la Confederación. Conexión en estado activo. Suerte, Capitán Svarski.

-Gracias…


>22:27 – 12/09/3824. Monitor-Comunicador Nº89 / Zona L – Complejo habitacional Z - Pasillo 3L.

>...

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